Corría el
año 1906, cuando el modisto Paul Poiret presentó el primer vestido que
prescindía del corsé, adaptándolo a las líneas femeninas del cuerpo. Aunque el
corsé no desapareció de inmediato, el estallido de la Primera Guerra Mundial
supuso la búsqueda de la libertad femenina, del reconocimiento de derechos, y
la liberación del opresor corsé se convirtió en un símbolo de la lucha
femenina.
Por eso,
casi cien años después resulta curioso observar cómo volvemos a caer en los
corsés. Las pasarelas se llenan a menudo con estas prendas aunque, todo hay que
decirlo, los corsés actuales no tienen nada que ver con los de antaño. Las
nuevas telas y materiales hacen que sean diseños mucho más fáciles de llevar
(especialmente porque los corsés actuales no incluyen varillas de metal, menos
mal!).
Yo me
confieso gran admiradora de una de las mejores creadoras de corsés del panorama
actual, y además española: Maya Hansen, quien la semana pasada presentó su
última colección en la Madrid Fashion Week.
Sus
creaciones marcan la figura en forma de S, y además son auténticas obras de
arte confeccionadas a mano, en las que cuida hasta el más mínimo detalle.
Pero además
de los corsés, Maya también ha presentado prendas con estampado arquitectónico
de inspiración dieciochesca y brocados (que parece que también se llevarán el
próximo año).
Para cerrar el desfile, un impresionante corsé
con cristales de Swarovski que representaba el invierno y el hielo. Eso sí, no
recomendable para sacarlo de fiesta porque pesaba lo suyo.
Y a vosotras,
¿os gustan los corsés y la colección de Maya Hansen?