Me quito el sombrero

Hace poco, tuve una conversación sobre sombreros y tocados con un amigo. Me decía que en España, pese a ser un país con tantas horas de sol, el uso de los sombreros no estaba para nada generalizado, aunque fuera  simplemente para protegernos del sol, cosa que no ocurre con las francesas o las inglesas.  En cierto modo, tuve que darle la razón: la verdad es que no es muy habitual ver por la calle mujeres con sombreros; en mi caso puedo decir que tengo el típico borsalino en el armario que sólo saco para ir a la playa, pero nunca para pasear por Madrid, por mucho que apriete el sol.

Sin embargo, en los últimos años se han hecho muy populares los tocados en las BBC, como yo lo llamo (bodas, bautizos y comuniones). Seguro que todas recordamos los tocados de Philip Treacy que lucieron muchas de las invitadas en la boda del príncipe Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton. La verdad es que muchos de los diseños de este hombre merecerían estar en un museo.

Pero al margen de esas celebraciones, y de alguna ocasión especial, poca cabida más existe para los tocados. Aún así, creo que los tocados son de esos complementos que aunque una sepa que no les puede dar mucho uso, no puede dejar de admirar. A mí me pasa con los tocados de la casa francesa Maison Michel, de donde era la famosa diadema con velo que Carlota Casiraghi llevó en la boda de su tío Alberto.  Era una monada y le quedaba genial, pero yo no sé si me atrevería con ella.

Lo mismo me ocurre con el veiled beanie de Raf Simons para Jil Sander, que no es otra cosa que un gorro negro de lana de toda la vida, con una rejilla negra cosida.  Entre las inglesas es un auténtico furor, y hay un montón de blogs en los que se explica cómo hacerse  un veiled beanie casero, pero seamos sinceras ¿cuántas de nosotras saldríamos con él a la calle?

Series como Downton Abbey o Gossip Girl también han contribuido a aumentar el interés por los tocados y sombreros. En la primera, no faltan los sombreros en ningún capítulo; y en la segunda, a veces hemos podido ver a Blair Waldorf con sombreros y tocados, por no mencionar las famosas diademas que lucía en casi todos los capítulos de las dos primeras temporadas.

 Y precisamente en estas dos series pensé en cuanto vi la última adquisición para mi armario.

Es un gorrito tipo años 20 de Day a Day, y aunque aún no sé si seré capaz de crear algún look con él, es de esas cosas que las ves en una tienda y sabes que no puedes dejarlo ahí ¡Amor a primera vista!

¿Me lo pondré alguna vez o no? ¡Se admiten apuestas!

Posted by María